La persona imputada por un presunto intento de fraude en el Banco Provincia dio a conocer su relato y rechazó las acusaciones. La causa judicial permanece en fase de instrucción.
Micaela Vallejos, quien fue sindicada como responsable de un intento de estafa en la Casa Matriz del Banco Provincia (BAPRO), expuso públicamente su postura y denunció las consecuencias personales y profesionales que sufrió a raíz del caso. Sostiene que todo se trató de un malentendido y que fue objeto de calumnias que afectaron gravemente su entorno.
El hecho tuvo lugar el 6 de mayo en La Plata, cuando fue aprehendida por intentar realizar una operación bancaria utilizando documentación presuntamente falsa. En ese momento, llevaba peluca rubia, gafas y barbijo, elementos que, según explicó, usaba por motivos personales y de salud, y no para ocultar su identidad. “No utilicé peluca ni anteojos para modificar mi apariencia o aparentar otra edad, ni nada por el estilo”, aclaró.
Vallejos manifestó que su presencia en el banco no obedecía a intenciones fraudulentas, sino que acudió para asistir a una vecina con un inconveniente relacionado con cheques. Según relató, mientras se encontraba en el baño de la entidad halló un sobre con dólares, que intentó devolver a su propietaria. “Recordaba quién era la señora, así que salí, la vi subiendo la escalera, me acerqué y le dije: ‘Creo que esto es suyo’”, expresó.
Indicó además que la ayudó a contar el dinero y, en medio de esa interacción, le dejó accidentalmente una carpeta con papeles sin que ninguna de las dos lo advirtiera. Posteriormente, se dirigió a una caja para realizar una operación personal y consultar sobre el trámite que gestionaba para su vecina.
Fue en ese contexto que los empleados de la sucursal detectaron irregularidades en la documentación presentada y dieron aviso a las autoridades. Minutos más tarde, fue detenida en la entrada del banco, esposada y sin poder comunicarse. Vallejos explicó que utiliza peluca porque padece leucemia mieloide aguda grado 3. “Me encantan las pelucas porque no tengo cabello, los anteojos son por mi visión y el barbijo lo uso por precaución en lugares con mucha gente”, sostuvo.
En cuanto a sus antecedentes, reconoció haber estado en una comisaría días antes del hecho por un conflicto con un taxista. “Dicen que no quise pagarle y que le causé lesiones graves. Lo cierto es que íbamos con mi hija a un cumpleaños y, al regresar, el hombre intentó propasarse, así que le fracturé la mandíbula”, explicó.
Avanza el proceso judicial por intento de estafa
Respecto a la investigación penal, Micaela indicó que “se solicitó el sobreseimiento completo por falta de pruebas y falta de mérito”. Y añadió: “Solo fui a consultar por otra persona y a retirar dinero propio, pero cuando retomé el tema ya había pasado la noche en una celda. Fue una vivencia horrible”.
Finalmente, denunció el impacto emocional y laboral derivado de la repercusión pública del caso. “Perdí tres empleos, se fueron todos mis alumnos, debí renunciar a la dirección de dos organizaciones que construí con mucho esfuerzo. Además, la vergüenza que pasó mi familia… hasta hoy no me animo a salir a la calle”, lamentó.
En la actualidad, el expediente sigue bajo análisis judicial. La defensa presentó un recurso de nulidad por presuntas irregularidades en el procedimiento. Aún resta que la Justicia resuelva sobre el fondo del caso y determine si existen responsabilidades penales.