La Justicia civil ordenó una indemnización millonaria a la víctima de un ataque ocurrido en 2016 en el bar El Copetín. El fallo responsabilizó a dos jugadores por las graves lesiones ocasionadas.
La jueza Sandra Nilda Grahl, a cargo del Juzgado Civil Nº 17, resolvió que un joven rugbier debía abonar $110.112.276,76 en concepto de incapacidad psicofísica, tratamientos médicos y daño moral. Además, junto a otro implicado de Gonnet, ambos fueron condenados a pagar de manera solidaria $317.800 adicionales por lesiones leves. La resolución tomó como base peritajes médicos, testimonios y registros fílmicos que confirmaron la violencia ejercida en distintos episodios vinculados a la agresión.
El ataque ocurrió en el bar El Copetín, en diagonal 74 y 59, ya cerrado desde 2019. Según el fallo, la víctima había sido abordada por los jugadores en tres secuencias: una dentro del local, otra en la rambla de diagonal 74 y finalmente en calle 18 entre 58 y 59, donde recibió el golpe de puño que le provocó las lesiones más graves. La investigación descartó que existieran provocaciones por parte del agredido, lo que permitió encuadrar el hecho como una golpiza y no como una pelea.
Como consecuencia del ataque, la persona agredida debió ser intervenida quirúrgicamente, con la colocación de cuatro placas de titanio y 18 tornillos en el rostro. Además, la pérdida del nervio cóndilo mandibular le generó dolores crónicos y limitaciones funcionales. En el fuero penal, los acusados optaron por un juicio abreviado y la suspensión de proceso a prueba, aceptando los hechos y pidiendo disculpas.
El abogado del denunciante, Marcelo Szelagowski, consideró que la sentencia tenía un carácter ejemplificador frente a conductas violentas de jóvenes con gran desarrollo físico pero sin contención emocional. A su criterio, “las sanciones penales y civiles constituyen el único camino posible para desalentar este tipo de abusos”.
