Fentanilo adulterado: ¿quiénes son los empresarios detrás de los laboratorios investigados?

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La ANMAT ordenó la suspensión de actividades de HLB Pharma Group y Laboratorios Ramallo tras identificar serias irregularidades en la fabricación de medicamentos a base de fentanilo.

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) procedió esta semana a la clausura de dos establecimientos farmacéuticos, luego de detectar deficiencias sanitarias en sus procesos productivos. Entre los productos involucrados figura un lote de fentanilo asociado a graves complicaciones de salud en pacientes de La Plata y Rosario.

Detrás de las firmas sancionadas se encuentra Ariel García Furfaro, empresario que tuvo participación en la distribución de la vacuna Sputnik durante la pandemia de COVID-19. El otro protagonista es Jorge Salinas, previamente mencionado en investigaciones judiciales por su rol en Laboratorio Apolo, empresa dedicada a la producción de sueros entre 2005 y 2012. En ese período, Salinas fue procesado por causas vinculadas a evasión fiscal y desvío de recursos del PAMI, además de haber instalado un laboratorio en Paraguay que finalmente fue clausurado.

Según publicó el diario La Capital de Rosario, Salinas tomó las riendas de Laboratorio Apolo en 2005, en pleno proceso concursal de la empresa. Desde entonces, expandió su presencia en el mercado de sueros mediante la firma Rigecin, llegando a concentrar el 60% de la producción nacional. Su perfil ostentoso y sus vínculos con negocios en Paraguay lo convirtieron en una figura controvertida dentro del sector farmacéutico.

La Justicia lo procesó por desvío de fondos públicos del PAMI y por operaciones con facturación falsa a través de Rigecin. La planta en Paraguay fue cerrada por decisión judicial, lo que desencadenó el cierre definitivo de la fábrica de Apolo en Rosario. A pesar de varios intentos de reactivación, el proyecto no prosperó.

Actualmente, García Furfaro y Salinas lideran HLB Pharma Group S.A., radicada en San Isidro, y Laboratorios Ramallo, situada en la localidad del mismo nombre. Ambas compañías son objeto de investigación por parte de la Justicia y la ANMAT, en el marco de un caso que investiga la muerte de al menos nueve personas y la afectación de otras once, presuntamente tras recibir dosis contaminadas del lote de fentanilo cuestionado.

Bacterias halladas en las muestras contaminadas de fentanilo

Los análisis realizados detectaron la presencia de las bacterias Klebsiella pneumoniae productora de metalobetalactamasa (MBL) y Ralstonia pickettii en las ampollas de fentanilo adulteradas. Estos patógenos fueron identificados en pacientes internados en el Hospital Italiano de La Plata, epicentro del brote que ya ocasionó nueve decesos y mantiene a otros once afectados.

La Klebsiella pneumoniae se caracteriza por su alta resistencia a los antibióticos, lo que reduce drásticamente las alternativas de tratamiento. Según la doctora Angela Famiglietti, especialista en bacteriología clínica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), “prácticamente no existen opciones terapéuticas viables”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha catalogado como una amenaza sanitaria de alta prioridad.

Por su parte, Ralstonia pickettii es menos frecuente, pero también posee resistencia natural a múltiples antimicrobianos. Esta bacteria suele estar relacionada con la contaminación de insumos médicos, afectando principalmente a pacientes inmunocomprometidos.

De acuerdo con los especialistas, Klebsiella pneumoniae es responsable de infecciones intrahospitalarias, incluyendo cuadros de sepsis, neumonía, infecciones urinarias, de tejidos blandos y heridas quirúrgicas. En tanto, Ralstonia pickettii, aunque menos común, representa un riesgo severo al contaminar productos médicos, con la capacidad de generar infecciones graves y limitadas opciones de tratamiento.

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