A dos años del asesinato de María Clara Urdangaray en Kosovo, su familia continúa atravesando el dolor con la fuerza que les brinda el recuerdo lleno de luz de la joven. El proceso judicial contra el acusado, Endrit Nika, avanza con lentitud en los tribunales de Pristina, mientras sus padres, desde La Plata, siguen firmes en la búsqueda de justicia.
“Era nuestra única hija, nuestro amor más puro”, expresó a 0221.com.ar su padre, Facundo Urdangaray. Se lo percibe conmovido por el recuerdo y por una pena que persiste y se intensifica por haberse originado tan lejos de su hogar. “No tenerla es insoportable –añadió–. Clarita no merecía ese destino. Tenía sueños, metas, toda una vida por delante, y jamás habría lastimado a nadie”.
La joven oriunda de La Plata, de 27 años, había emigrado a Europa en 2022 en busca de nuevas posibilidades. En Barcelona conoció a Nika, un hombre de 31 años y origen kosovar, con quien decidió mudarse a Suiza, país cuya ciudadanía él poseía.
Luego de varios meses de relación, viajaron juntos a Kosovo para asistir al casamiento del hermano de Nika. El 1° de agosto de 2023, Clara falleció tras caer del sexto piso del hotel donde se hospedaban. Todo indica que se trató de un femicidio, aunque como ese delito no se encuentra tipificado en la legislación local, el juicio se lleva adelante bajo la figura de “homicidio agravado por el vínculo”.
“Ella era luz, era amor”
Facundo recuerda a su hija con infinita ternura. Destaca su calidez humana, su compromiso con los sectores más vulnerables y su amor por los animales. “Siempre llevaba comida y agua en el auto para los perros callejeros. Colaboraba con rescatistas. Tenía un humor maravilloso, una alegría que contagiaba y una generosidad inmensa”, relató.
Sin embargo, lo que más lo conmueve no son sus virtudes enumeradas, sino la huella imborrable que dejó en quienes la conocieron: “Cada vez que alguien nos dice ‘yo conocí a Clarita’, sentimos que el alma se nos llena de orgullo. Era auténtica, luminosa. Nunca decía ‘no puedo’. Siempre estaba dispuesta a acompañar”.
La ausencia de Clara dejó un dolor inconmensurable en su familia y entorno más íntimo. “Nos contenemos entre todos”, cuenta su padre. “Pero el sufrimiento es demoledor. Volver a vivirlo en el juicio, mirar al asesino a la cara… es una verdadera pesadilla”.
Sufrir a miles de kilómetros
Gracias al acompañamiento de la Municipalidad de La Plata, Facundo y Magdalena pudieron viajar a Kosovo para presenciar las primeras audiencias del proceso judicial. La experiencia fue profundamente dolorosa, pero necesaria. “Es una tragedia lo que atravesamos. Viajar al otro extremo del mundo, revivir la crueldad de ese monstruo, ver cómo se revictimiza a Clarita… todo eso es devastador”.
Revivir cada detalle en el juicio, enfrentar al responsable… es una pesadilla.
La causa, sin embargo, avanza con lentitud. Por razones económicas y emocionales, la familia debió regresar a La Plata. “No pudimos estar en la tercera audiencia porque no se nos brindó la opción de participar de forma virtual. Eso fue un golpe muy fuerte”, lamentó Facundo. A pesar de todo, siguen adelante. “El amor que sentimos por ella nos sostiene y nos da la fuerza para continuar reclamando justicia. No vamos a detenernos hasta que el asesino reciba la condena perpetua que merece”.
¿Quién es el acusado por el femicidio?
El imputado es Endrit Nika, un arquitecto de 31 años que convivía con Clara en Suiza. Según la información reunida, llevaba un estilo de vida cómodo. En sus redes sociales compartía imágenes usando ropa de marca, en viajes, con su automóvil y rodeado de amigos en momentos de ocio.
También expresaba su afición por el fútbol. Tenía como imagen de portada en Facebook una vista aérea del Obelisco durante los festejos del Mundial de Qatar y se manifestaba hincha del Barcelona. Él mismo solía practicar ese deporte.
Las fotos que publicaba también reflejaban su preferencia por la vida nocturna y las reuniones al aire libre, dando cuenta de una vida social activa y sin aparentes complicaciones.
“Ni perdonamos ni olvidamos”
La espera por justicia continúa siendo dolorosa, pero la familia de María Clara no se rinde. Ahora aguardan la próxima audiencia programada para el 8 y 9 de septiembre. “Nadie nos devolverá a nuestra hija, ni siquiera una sentencia puede reparar esta pérdida. Pero necesitamos que se sepa lo que ocurrió, que no quede impune. No perdonamos ni olvidamos. Exigimos cadena perpetua para el femicida Endrit Nika”, declaró Facundo.
A dos años de su partida, el recuerdo de Clara permanece vivo en cada espacio de su hogar, en cada fotografía, en cada anécdota de quienes compartieron momentos con ella. Ese sentimiento se refleja en las palabras de su padre: “Clarita era amor. Y por ese amor seguiremos luchando”.
fuente:0221.com.ar